Alrededor de tres mil productores de la factoría Seat—enclavada en la zona franca de Barcelona—se manifestaron el sábado hacia las dos de la tarde, a la salida del turno de la mañana. Los obreros protestaron de esta forma contra los autobuses que la empresa les facilita para trasladarse a la plaza de España, a pocos metros de la fábrica. Precisamente los manifestantes intentaron dirigirse hacia dicha plaza, pero la presencia de la Policía Armada bastó para que se dispersaran. Apenas hubo incidentes y, según fuentes dignas de crédito, no se registraron detenciones. Por la tarde, a las siete y media, más de un centenar de personas recorrieron en manifestación la calle Mayor de Gracia y rompieron los cristales de una sucursal del Banco de Bilbao. La marcha comenzó con la explosión de un petardo y prosiguió mezclada con diversos gritos y lanzamiento de octavillas que hacían referencia a la problemática del país vasco.
Al parecer, ambas manifestaciones están relacionadas con la llamada jornada nacional de protesta que, promovida por distintas Organizaciones extralegales, está fijada para el próximo día 3 de noviembre.
