Catedrático emérito de Derecho Mercantil por la Universidad Complutense, profesional de la abogacía, fue patrono de la Fundación Diario Madrid desde su constitución en 2007, donde llegó de la mano de Antonio Fontán, con quien había compartido amistad y apuesta accionarial en diversos medios de comunicación, entre ellos Nueva Revista, de cuyo Consejo Editorial formaba parte.
José María de la Cuesta Rute nos ha dejado
Sus amigos del Centro Diego de Covarrubias daban cuenta en una esquela del “Abc” del domingo 7 de junio de que el pasado 31 de mayo, día de la Visitación y Pascua de Pentecostés, nos había dejado José María de la Cuesta Rute (Madrid 1935-2020), miembro del patronato de la Fundación del Diario Madrid a propuesta de Antonio Fontán, que fue su presidente y su director cuando el gobierno del almirante Luis Carrero dictó la orden de cierre el 25 de noviembre de 1971. José María era catedrático de Derecho mercantil de la Universidad Complutense de la que se había jubilado en 2005. Era también profesor extraordinario de la Universidad de Navarra. Había impartido cursos de verano en las Universidades Complutense de Madrid, Internacional Menéndez Pelayo y Rey Juan Carlos. Figuraba entre los inversores en medios de comunicación que dentro de la órbita de Juan Kindelán, Juan Pablo de Villanueva, José María García Hoz y Luis Infante, habían hecho fortuna al producirse la desamortización de la Prensa del Movimiento cuando se hicieron de manera muy ventajosa, porque a nadie parecía interesarle, con la cabecera del diario deportivo “Marca”. Así nació Punto Editorial germen del Grupo Recoletos. Después vendría la fundación del diario económico Expansión y la adquisición del grupo SARPE, dispuestos como estaba a envolver el mundo en papel impreso. Pertenecía al Consejo Editorial de “Nueva Revista”. Todavía le recordaban en Netherhall House (Oxford) donde perfeccionaba el inglés por su sentido del humor. Como su tutor insistía animándole a que venciera el sentido del ridículo de quienes se inician en otra lengua: José María, don't worry about pronunciation. Que la tierra le sea leve.
por Miguel Ángel Aguilar
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